miércoles, 6 de julio de 2011

Origen del Festival de Tanabata


Se deriva de la tradición china Qi Xi (la noche de los siete).
 
Celebra el encuentro de Orihime (Vega) y Hikoboshi (Altai).
La Vía Láctea, un río hecho de estrellas que cruza el cielo, separa a los amantes y solo se les permite encontrarse una vez al año, el sétimo día del séptimo mes del calendario lunisolar.

La fiesta se origina a partir del "Festival para la súplica de la habilidades" nombre alternativo de Qi Xi que se celebraba en China y fue adoptado en Japón, en el Palacio Imperial de Kioto durante la era Heian. A principios de la era Edo se extendió al público en general y se mezcló con otras fiestas como el Bon odori que se celebraba el día quince del séptimo mes. Así se originó el moderno festival de Tanabata.

Durante la era Edo, las jóvenes pedían habilidades en la costura y la artesanía y los jóvenes  tener mejor caligrafía a base de escribir deseos en hojas de papel. En esa época, también, se acostumbraba a utilizar el rocío tomado en hojas de taro para crear la tinta usada para escribir los deseos.


Hoy, el Bon Odori se festeja el 15 de agosto del calendario solar, más cerca de su fecha original en el calendario lunar pero más separado de la festividad de Tanabata.

El nombre de Tanabata se basa, remotamente, en la lectura japonesa de los caracteres chinos que se solían leer como "shichiseki".

Se cree que existía por esa época una ceremonia shinto de purificación en la cual un mijo tejía un trozo de tela especial llamado Tanabata y lo ofrecía a la divinidad pidiendo protección para los campos de arroz contra lluvias y tormentas y para obtener una buena cosecha en otoño.

Gradualmente, se mezcló con el festival para la súplica de las habilidades y se convirtió en Tanabata.

Se basa en el cuento asiático de la princesa y el pastor.

Orihime (la princesa tejedora) era la hija de Tentei (el rey celestial). Tejía espléndidas telas a orillas del rio Amanogawa (la Vía Láctea). A su padre le encantaban sus telas y ella trabajaba duramente día tras día para tenerlas listas.

Por su trabajo la princesa no podía conocer a alguien para enamorarse, lo cual la entristecía enormemente.

Preocupado por la hija, el padre concertó un encuentro entre ella y Hikoboshi, conocido también como Kengyun, un pastor que vivía al otro lado del rio Amanogawa. Se enamoraron y se casaron.

Orihime comenzó a descuidar su tarea y dejó de tejer para su padre y Hikoboshi prestaba menos atención a su ganado que teminó desperdigándose por el cielo.

Furioso, el Rey Celestial separó a los amantes, uno a cada lado del río Amanogawa, prohibiendo que se vieran.

Orihime, desesperada por la perdida de su marido pidió a su padre poder verse una vez más.

Conmovido por las lágrimas, el rey accedió a que se vieran el séptimo día del séptimo mes a condición que Orihime hubiera terminado su trabajo.

La primera vez que intentaron verse se dieron cuenta que no podían cruzar el río.

Orihime lloró tanto que una bandada de urracas prometieron su ayuda, haciendo un puente con sus alas. Finalmente se reunieron y las urracas hicieron la promesa de venir todos los años siempre y cuando no lloviera. Si llueve, deben esperar para reunirse hasta el año siguiente.

Hoy la gente lo celebra escribiendio sus deseos en trozos de papel o tanzaku y colgándolos
de las ramas de árboles de bambú.

El bambú y las decoraciones se colocan a flote sobre un río o se queman tras el festival a la medianoche o al día siguiente.

Se asemeja a la costumbre de los barcos de papel y velas del Bon Odori.









 
                                                                                  

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